La casa de la mirada. A Matta. "Caminas adentro de ti mismo y el tenue reflejo serpeante que te conduce no es la última mirada de tus ojos al cerrarse ni es el sol tímido golpeando tus párpados: es un arroyo secreto, no de agua sino de latidos: llamadas, respuestas, llamadas, hilo de claridades entre las altas yerbas y las bestias agazapadas de la conciencia a obscuras. Sigues el rumor de tu sangre por el país desconocido que inventan tus ojos y subes por una escalera de vidrio y agua hasta una terraza. Hecha de la misma materia impalpable de los ecos y los tintineos, la terraza, suspendida en el aire, es un cuadrilátero de luz, un ring magnético que se enrolla en sí mismo, se levanta, anda y se planta en el circo del ojo, géiser lunar, tallo de vapor, follaje de chispas, gran árbol que se enciende y apaga y enciende: estás en el interior de los reflejos, estás en la casa de la mirada, ha...