José Gutierrez Solana.
"El fin del mundo".
Óleo. 1932.
La actualidad de la pintura de José Gutierrez Solana "El fin del mundo" es notable. Es visible la influencia de las pinturas negras de Goya en la resolución pictórica de la obra. Podemos observar también una resolución cromática de paleta restringida que nos evoca algunas obras del Greco. En medio de esta recreación de un tema tan propio de tiempos medievales, nos damos cuenta hoy en día de su vigencia, como si nada hubiera cambiado después de tantos años. Un tema antiguo, propio del arte medieval, actualizado en medio de esta pandemia de Covid-19.
Inmerso en la brutalidad discursiva de la obra, podemos notar la presencia del avaro (otra mención a una obra de Goya) aferrándose a su dinero mientras los esqueletos le atacan y el entorno completo estalla en un caos apocalíptico. Lo hemos visto en los últimos años con la depredación del medio ambiente en función de crear riqueza, y hoy lo vemos como una actualizada metáfora que nos comienza a hacer sentido cuando observamos en nuestro entorno a los tecnócratas que priorizan la economía antes que la vida de las personas. Al parecer después de tanto tiempo, no hemos aprendido nada.
"El fin del mundo".
Óleo. 1932.
La actualidad de la pintura de José Gutierrez Solana "El fin del mundo" es notable. Es visible la influencia de las pinturas negras de Goya en la resolución pictórica de la obra. Podemos observar también una resolución cromática de paleta restringida que nos evoca algunas obras del Greco. En medio de esta recreación de un tema tan propio de tiempos medievales, nos damos cuenta hoy en día de su vigencia, como si nada hubiera cambiado después de tantos años. Un tema antiguo, propio del arte medieval, actualizado en medio de esta pandemia de Covid-19.
Inmerso en la brutalidad discursiva de la obra, podemos notar la presencia del avaro (otra mención a una obra de Goya) aferrándose a su dinero mientras los esqueletos le atacan y el entorno completo estalla en un caos apocalíptico. Lo hemos visto en los últimos años con la depredación del medio ambiente en función de crear riqueza, y hoy lo vemos como una actualizada metáfora que nos comienza a hacer sentido cuando observamos en nuestro entorno a los tecnócratas que priorizan la economía antes que la vida de las personas. Al parecer después de tanto tiempo, no hemos aprendido nada.